LOS SISTEMAS DE CLASIFICACIÓN
DE LOS SERES VIVOS I
LOS SISTEMAS DE CLASIFICACIÓN
Dado el elevado número y la gran variedad de seres vivos que habitan la Tierra, para poder estudiarlos es necesario ordenarlos en grupos.
El avance en el conocimiento de los seres vivos llevó a los científicos a la conclusión de que todos poseen una serie de características comunes y otras que son particulares de cada grupo, por lo que se podían identificar y agrupar en categorías homogéneas.
Una de las principales ventajas de estas agrupaciones en grandes unidades con caracteres comunes, es la de poder incluir a seres vivos desconocidos hasta el momento, en alguno de los grupos establecidos anteriormente.
Para realizar una clasificación correcta es preciso elegir el criterio que nos permita comparar y encontrar semejanza y diferencias.
Un criterio de clasificación es bueno si se refiere a características que no varían en los seres vivos. Según el criterio que elijamos, obtendremos una u otra clasificación; por ello, es importante que el criterio sea objetivo y discriminatorio.
Las clasiicaciones a su vez, deben ser hipótesis que puedan ser probadas, por ejemplo, a través de un detallado estudio fósil, anatómico, etc. y que puedan ser modificadas si es necesario.
A lo largo del tiempo han ido variando los criterios elegidos, en función de los conocimientos que sobre los seres vivos se han ido teniendo. Esto ha hecho variar la clasificación de los seres vivos.
SISTEMÁTICA, TAXONOMÍA Y NOMENCLATURA
En la actualidad, la sistemática es una ciencia que tiene como finalidad crear sistemas de clasificación que expresn los distintos grados de semejanza entre los seres vivos y que reflejen las relaciones evolutivas existentes entre ellos. El resultado es una clasificación natural de los organismos.
La sistemática es la ciencia que utiliza la taxonomía y la nomenclatura como herramientas para cumplir sus objetivos.
La taxonomía proporciona los principios, reglas y procedimientos para realizar la clasificaciónde los seres vivos.
La nomenclatura se encarga de dar nombre a los distintos organismos vivientes.
Cuando se realiza una clasificación, los grupos que se forman reunen organismos con una gran cantidad de características comunes. Esto es posible ya que todos los seres vivos están relacionados entre sí, en mayor o menor medida, por vías evolutivas.
PRIMEROS INTENTOS DE CLASIFICACIÓN
Las primeras clasificaciones que se conocen se hicieron agrupando los diferentes seres vivos en categorías artificiales, según criterios más o menos arbitrarios (comestibles, peligrosos...) establecidos por los naturalistas de la época.
Aristóteles (384-322 a. C.) clasificó a los seres vivos en dos grupos: el reino vegetal y el reino animal y creó diferentes categorías internas. Por ejemplo, agrupó a los animales en dos categorías: animales sin sangre y los animales con sangre (equivaldrían a los invertebrados e vertebrados respectivamente)
Aristóteles
Teofrasto (472-287 a. C.) clasificó a los vegetales en árboles, arbustos, subarbustos y hierbas
Aunque Aristóteles no utilizó criterios centíficos, su clasificación de seres vivos estuvo vigente durante mucho tiempo. Los grandes viajes y exploraciones del siglo XVIII aportaron nuevos descubrimientos de animales y vegetales, lo que hizo surgir nuevos sistemas de clasificación basados en la comparación anatómica y fisiológica entre organismos.
El comienzo de las clasificaciones modernas se debe al naturalista sueco Carl von Linneo, quien a mediados del siglo XVIII estableció las bases de la actual taxonomía y nomenclatura en su obra Systema naturae (1753). En esta obra, Linneo proponía un nuevo sistema de clasificación de los animales, plantas y minerales.
Más tarde, en su obra Species plantarum (1753) estableció el sistema binomial de nomenclatura.
Carlos Linneo (en sueco, Carl Nilsson Linæus, latinizado como Carolus Linnaeus, también conocido después de su ennoblecimiento como Carl von Linné) (1707– 1778), fue un científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco que estableció los fundamentos para el esquema moderno de la nomenclatura binomial.
Portada de la décima edición de Systema Naturae de Linneo (1758).
Linneo clasificó a los seres vivos ordenándoles en grupos de tamaño creciente, dispuestos de manera jerárquica en nievles, de modo que cada grupo de un nivel, abarca uno o varios grupos del nivel inferior. El método ideado por Linneo es utilizado actualmente con algunas modificaciones.
Cada uno de los niveles jerárquicos de la clasificación se conoce como categoría taxonómica o rango taxonómico.
CATEGORÍAS TAXONÓMICAS
Las categorías taxonómicas más importantes, de menor a mayor, son la especie, el género, la familia, el orden, la clase, el filum o división y el reino (también habría que incluir el dominio)
Principales categorías taxonómicas
Una o varias especies parecidas se agrupan en un mismo género: uno o varios géneros se agrupan en la misma familia,... y así sucesivamente.
Ejemplos de clasificación:
Clasificación de la abeja
Las categorías taxonómicas pueden ser divididas a su vez en subcategorías con el prefijo sub-. También se pueden considerar supercategorías con el prefijo super- (ej. superorden)
Clasificación del ser humano
Clasificación de una especie de mariposa, del gorila y del ser humano
Los grupos de organismos, de cualquier nivel, que se forman en una clasificación, se llaman taxones (taxón en singular) o grupos taxonómicos. Por ejemplo, los mamíferos son un taxón, que corresponde a la categoría taxonómica de clase.
En las primeras clasificaciones que se hicieron de los seres vivos, la única categoría taxonómica que tenía un valor real era la de especie, ya que el resto de categorías eran bastante artificiales y se basaban en estudios superficiales o en el interés que tenían para las personas. Un ejemplo: las ballenas fueron consideradas dentro de los peces hasta bien entrado el siglo XIX
Ballena azul (mamífero)
Hoy en día, además de las características anatómicas y funcinales usadas en el pasado, se utilizan como criterios taxonómicos, características bioquímicas, genéticas, inmunológicas, de comportamiento, microscópicas...
LA EVOLUCIÓN COMO FUNDAMENTO DE LA CLASIFICACIÓN
A partir de mediados del siglo XIX y con la Teoría de la evolución de Darwin, la clasificación de los seres vivos pasó a tener un fundamento evolutivo. Es decir, las categorías taxonómicas representan diferentes grados de parentesco evolutivo.
Charles Darwin (1809-1882)
Su obra fundamental, El origen de las especies por medio de la selección natural, publicada en 1859, estableció que la explicación de la diversidad que se observa en la naturaleza se debe a las modificaciones acumuladas por la evolución a lo largo de las sucesivas generaciones
Desde este punto de vista, se utiliza el sistema taxonómico de clasificación natural, que trata de agrupar a los organismos empleando dos tipos de criterios que se basan en:
- Los caracteres morfológicos y funcionales: estos caracteres se usan para establecer semejanzas y diferencias entre organismos
Uno de los métodos más utilizados para establecer el grado de parentesco entre los seres vivos es la anatomía comparada, basada en la presencia de órganos homólogos, es decir, aquellos que tienen igual o parecida estructura interna y origen pero que actualmente pueden realizar diferentes funciones.
Órganos homólogos
- El parentesco evolutivo: es analizado a partir del registro fósil (paleontología) y de las características bioquímicas (taxonomía molecular) y genéticas. Con él se establece el grado de proximidad evolutiva entre seres vivos.
Con el desarrollo de los conocimientos sobre evolución, nació una rama de la ciencia, la filogenia, que se encarga de establecer las relaciones evolutivas (relaciones filogenéticas) entre los diferentes grupos de organismos, y trata de conseguir que sean clasificaciones naturales, en contraposición a las artificiales, que se fundan en criterios arbitrarios.
MÉTODOS ACTUALES DE CLASIFICACIÓN
Tras Darwin, era necesario reflejar en los sistemas de clasificación las relaciones evolutivas entre especies. Entre todos los métodos usados para hacer más objetivas las clasificaciones, destaca la taxonomía cladística
La taxonomía cladística está basada en el estudio de las relaciones de parentesco evolutivo.
Se seleccionan y analizan los caracteres que se consideran ancestrales (se encuentran en la especie de la que se han originado) y derivados (propios de cada especie y resultado de la evolución).
Así cuantos más caracteres ancestrales tengan dos especies que se comparan, más relación de parentesco evolutivo tendrán. Por el contrario, si poseen muchos caracteres derivados, tendrán una menor relación de parentesco.
Como resultado de la taxonomía cladística se obtienen cladogramas, unos diagramas en los que se representan exclusivamente las relaciones evolutivas entre los diferentes grupos a partir de todos los descendientes de una especie ancestral común.
Cladograma que representa la relaciones evolutivas
entre diferentes especies de dinosaurios
LOS ÁRBOLES FILOGENÉTICOS
La filogenia se puede representar gráficamente como un árbol en el que queden representadas las relaciones de parentesco evolutivo entre los diferentes organismos.
Estos árboles reciben el nombre de árboles filogenéticos o dendrogramas (dendro = árbol)
En la base del tronco estaría el antepasado común de todos los seres vivos (especie ancestral) y de él parten ramas que se van diversificando en otras nuevas, cada una de las cuales engloba las distintas categorías taxonómicas, hasta llegar a la periferia, donde se encuentran las especies actuales.
Las relaciones filogenéticas se construyen a partir de diferentes pruebas de la evolución como son la paleontología o estudio del registro fósil, la anatomía comparada, la embriología, el estudio comparativo de proteínas y ácidos nucleicos de organismos vivos, la genética....
Árbol filogenético (de los 5 Reinos)
A partir de los árboles filogenéticos se pueden establecer clasificaciones naturales de los organismos en las que se agrupan atendiendo a las características que les relacionan con su antecesor común.