En este grupo se incluyen las populares tijeretas que deben su nombre a un par de apéndices que posee en la parte posterior del abdomen (cercos). Generalmente utilizan los cercos como defensa cuando se sienten amenazadas, arqueando el cuerpo en actitud de aviso como si fueran un escorpión, sin embargo, no tienen ningún tipo de veneno y como mucho pueden pellizcar.
Poseen largas antenas y alas grandes y delgadas (uno o dos pares de alas) que raramente despliegan ya que aunque pueden volar, prefieren desplazarse sobre el suelo.
Son insectos crepusculares y nocturnos y durante el día prefieren estar en ambientes oscuros. Podemos encontrarlas descansando en rendijas, en el suelo o entre los pétalos y sépalos de las flores.
Las tijeretas son fundamentalmente detritívoras, se alimentan de materia orgánica, también de algún pequeño insecto y de hojas y pétalos.
Aunque los insectos no suelen cuidar de sus crías, las tijeretas son una de las excepciones. La madre cuida los huevos y las ninfas (poseen una metamorfosis simple).